Para muchas personas la hipnosis se asocia con pérdida de control y trucos escénicos. Para otros supone un alivio del dolor o incluso de sus fobias. Y es que esta técnica, controvertida o no, está empezando a abrirse paso en medicina. Cada vez más dentistas la utilizan para pacientes especialmente reacios a los cuidados dentales o para tratar a los niños. Incluso parece mejorar los síntomas en patologías como el colon irritable.
Su uso terapéutico se basa en inducir un estado de relajación profunda y enseñar a las personas a tomar el control de sus síntomas. En el caso del colon irritable, se ha demostrado que la hipnosis reduce los síntomas gastrointestinales, como la sensibilidad, la fuerza de las contracciones musculares del intestino y la secreción de ácido gástrico. "De hecho, es un medio muy poderoso de cambiar la forma en que usamos nuestra mente para controlar la percepción y nuestros cuerpos", explica David Spiegel, profesor y director asociado de psiquiatría y ciencias del comportamiento de la Universidad de Stanford.